Radamel Falcao García, delantero colombiano.
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EFE

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Los infortunios no han dejado que Falcao vuelva a 'rugir' como antes

Desde su lesión de rodilla a principios del 2014, el delantero no ha podido esquivar los problemas físicos.

El 22 de enero de 2014 la carrera deportiva de Radamel Falcao García quedó dividida en dos partes. Ese día, el defensor francés Soner Ertek no midió bien las distancias y en el afán de evitar un gol en la portería de su equipo, el Chasselay, terminó por mandarle una plancha deslizante al 'Tigre'.

El atacante se quedó en el piso. Sabía que algo no estaba bien. El dolor físico era fuerte, pero el dolor del alma lo era más. En un segundo el esfuerzo de una vida se iba por la borda. No jugaría el campeonato mundial de Brasil, que estaba solo a poco más de seis meses de cumplirse.

“Quiero agradecerles a todos ustedes por tantos mensajes de apoyo en estas últimas horas. Me he emocionado muchísimo con el cariño que me muestran desde diferentes partes. No les voy a esconder que mi tristeza es enorme, mi corazón está destrozado, pero cuento con una esperanza del tamaño de un grano de mostaza a la cual me aferro y es suficiente para creer que mi ilusión por el Mundial todavía está viva. Dios hace posible lo improbable, en Él creo yo", colocó el 24 de enero de ese año en sus redes sociales.

Pese a que la fecha del Mundial lo encontró de pie y caminando, incluso haciendo pequeños ejercicios en el campo, Falcao no pudo asistir a la cita mundialista.

Desde ese momento su única obsesión fue ponerse a punto y lograr recuperar la condición para regresar a la Selección Colombia. Sin embargo la tarea era ardua y no la tendría sencillo, hasta los días de hoy.

Así las cosas, puso mucho de su parte, pero ese esfuerzo aún le está pasando cuenta de cobro.

Tras buscar un cambio de aire y tras muchos rumores de transferencia al Real Madrid, finalmente el colombiano recaló en el Manchester United con la esperanza de estar en su mejor condición de cara a la Copa América de ese 2015.

Sin embargo, los inconvenientes físicos no lo abandonaron. Varias jornadas debió pasar Falcao en la banca del United para poder colocarse en forma. Finalmente cuando tenía la condición física, su nivel deportivo estaba lejos de llenar las expectativas de Lois Van Gaal, por esa época entrenador de los ingleses.

El resultado fue casi una suplencia absoluta con pocos minutos y muy escasos goles.

En contraprestación, quizás más por el agradecimiento y su importancia para el grupo de jugadores, José Pékerman decidió llevarlo a la Copa donde fue inicialista en los primeros partidos. Al final, tanto su actuación como la de todo el equipo dejó muchas expectativas por debajo de lo esperado.

Con la 'fe del carbonero', Falcao pensó que no podía dejar pasar su empeño para demostrar que aún seguía siendo el "mejor 9 de área del mundo", como lo señaló en el algún momento Pep Guadiola.

Fue por eso que tomó la determinación de continuar en Inglaterra, esta vez mudándose a Londres par actuar en el Chelsea de José Mourinho en la temporada 2015-2016.

Pero no pudo esquivar la sombra de las lesiones. Pese a tener algunos minutos en los primeros minutos de la temporada, la segunda parte de la misma lo dejó fuera de los campos por un largo tiempo.

"Todavía quedan varios meses, es demasiado. Hablamos de enero y todo febrero; normalmente seis, siete u ocho semanas con un daño grave. La lesión es muy seria", explicó el holandés Guus Hiddink, quien tomó el relevo de Mourinho en el banquillo.

Esos más de dos meses fuera de las canchas lo hicieron recordar los días de arduo trabajo para volver a caminar hacía menos de dos años antes.

También le recordó esas dos primeras lesiones de rodilla cuando estaba en el River Plate o esa lesión que lo dejó sin la oportunidad de jugar la Copa Mundial juvenil Sub-17 cuando era apenas un jovencito que buscaba una oportunidad.

Falcao sacó el 'Tigre' que tenía por dentro para poder soportar lo que estaba pasando en su vida.

Los meses finales de la campaña le dieron la oportunidad de volver a jugar. Falcao tuvo unos pocos minutos y para jugar pero horas para reflexionar.

Llegado a ese punto, lejos de la Selección y fuera de los focos del primer plano del fútbol, Radamel decidió reinventarse. Más allá de un corte de pelo, decidió volver a Mónaco para tener la oportunidad de jugar. Un equipo sin tantos compromisos, donde sería bien recibido por el entrenador Leonardo Jardim.

Así las cosas, comenzó a entrenar con sus nuevos compañeros, buscando su forma. Adaptándose al nuevo entorno.

Todo era muy esperanzador. Durante la pretemporada se mostró en buen nivel, recuperado físicamente y con mucha mentalidad. La tranquilidad de un ambiente menos atormentado por la necesidad de títulos le había sentado de maravilla.

Por ello José Pékerman lo incluyó nuevamente dentro la lista de elegibles y estaba en vías de regresar a las convocatorias. 

Pero, para Falcao no ha habido dicha completa desde el momento en que Ertek le rompió los ligamentos de la rodilla.

Durante un compromiso de clasificación a la Liga de Campeones, García sufrió un tirón en la pierna derecha. El samario "sufrió una lesión muscular en el muslo izquierdo que va a requerir tratamiento, reposo relativo y rehabilitación", lo que lo dejó por fuera de los duelos ante Venezuela y Brasil, el 6 de agosto. 

“Falcao estaba reservado, pero club alargó los tiempos de la recuperación. Venía en un franco proceso de recuperación deportiva.  Nosotros antes de la Copa América sabíamos que necesitaba este proceso. Esperemos que esto supere rápidamente si todo va bien seguirá  este proceso”, explicó Pekérman en Barranquilla antes del duelo con lo venezolanos.

Nuevamente, una dolencia inoportuna le cerraba la puertas a un regreso triunfal.

Aunque pudiera parecer que es la historia de la tragedia, si algo ha aprendido Falcao en este va y ven de sin sabores es que nunca está de más otro amargo momento.

El pasado miércoles Falcao, recuperado y en buena forma tras marcar su primer gol en la Liga de Francia, saltó al campo de juego para actuar en el clásico del la Costa Azul ante el Niza.

Al final del primer tiempo corrió a la disputa de un balón ante la marca de un defensor, pero no alcanzó a observar como el arquero contrario se dirigía hacía él para despejar el balón. Al final, los tres jugadores chocaron entre ellos, llevando el delantero samario la peor parte.

Sufrió una conmoción cerebral, un golpe tan fuerte que aún no tiene fecha de regreso a los campos, al menos a los entrenamientos pese a que los médicos señalan que se encuentra en buenas condiciones.

Tras un par de días bajo observación, finalmente salió del recinto a continuar su reposo. 

"Ya estoy en mi casa. Quiero agradecer a todos por preocuparse y principalmente a Dios por guardarme", compartió el jugador para sus aficionados. 

Al final de este viaje de vicisitudes, cuando la convocatoria de la Selección Colombia se encuentra a la vuelta de la esquina, un 'Tigre' mal herido más en el alma que en el cuerpo se repone de sus golpes esperando ansioso para lanzarse sobre la oportunidad.

Todo está en manos de Dios, de lo que digan los médicos, de lo que piense Pékerman y de lo que logre Falcao y su indomable espíritu que no deja de esperar por la revancha en las canchas y de añorar el un Mundial. 

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